Un cargamento de seis toneladas de cocaína que iba a ser enviado a México y Estados Unidos fue decomisado este martes por fuerzas militares de Colombia a la guerrilla comunista del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en lo que fue descrito como “el más importante golpe al narcotráfico” en 2021 a esa organización irregular insurgente.

El Fiscal General de Colombia, Francisco Barbosa, confirmó que “el estupefaciente estaba listo para ser embalado y transportado hacia las costas del Pacífico colombiano, en la zona de frontera con Ecuador, para ser enviado hacia México y Estados Unidos”.

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Las seis toneladas del estupefaciente fueron encontradas en un “gigantesco complejo para la producción de sustancias ilícitas, que dejaban una rentabilidad de más de 8 millones de dólares al mes”, informó el Ministerio de Defensa Nacional de Colombia.

En la maniobra castrense, denominada “Operación Jared”, fue “propinado el más importante golpe al narcotráfico del ELN este año”, aseguró Defensa Nacional.

Como parte de la batida militar fueron destruidos simultáneamente tres “grandes laboratorios, cada uno con capacidad de producción de entre mil y dos mil kilogramos mensuales” del alcaloide, agregó.

El hallazgo se registró en el municipio de Samaniego, del sureño departamento (estado) colombiano de Nariño, una de las principales bases de operación de los cárteles mexicanos en Colombia.

El fiscal Barbosa precisó que “la cocaína, la maquinaria y otros elementos encontrados, superarían en valor los nueve millones de dólares”.

Nariño colinda con un corredor marítimo que se prolonga de las costas de Perú, Ecuador y Colombia en el Océano Pacífico a Centroamérica y México y que en este siglo se convirtió en uno de los trillos más importantes del tráfico de drogas del sur al norte de América. Colombia es el principal productor mundial de cocaína.

En la operación fueron incautados mil 855 kilogramos de insumos sólidos, 11 mil 499 galones de insumos líquidos, 955 galones de combustible, maquinarias y equipos para producir narcóticos que fueron puestos a disposición de las autoridades para su respectivo proceso de judicialización, puntualizó Defensa Nacional.

Los detalles del caso fueron difundidos oficialmente este martes, sin que hubiera precisión de la fecha exacta en que se realizó.

–Finanzas

El ministro colombiano de Defensa Nacional, Diego Molano, aseguró que se trata del “más importante golpe al narcotráfico del ELN en este año” y que “el golpe afecta las finanzas de este grupo criminal, narcotraficante y terrorista”.

El presidente de Colombia, Iván Duque, “le declaró la guerra al narcotráfico y desde la Fuerza Pública, sin tregua, trabajamos para debilitar este mal que aqueja a Colombia hace décadas”, añadió.

Por impacto del ataque al ELN, “12 millones de dosis dejan de llegar a los jóvenes de nuestras ciudades y de otras del mundo”, calculó.

“Esta incautación no sólo afecta las finanzas del grupo criminal (ELN), sino que salva vidas en uno de los municipios más afectados por violencia y los homicidios colectivos de jóvenes”, aseveró, con el objetivo de seguir “desestabilizando así las rentas ilegales de esta estructura y su actividad terrorista”.

Según el recuento oficial, los “complejos” estaban ubicados en el área base del “Frente Comuneros del Sur, Compañía de Milicias Jaime Toño Obando”, que es uno de los grupos organizados armados residuales que existen en Colombia y disputa el control de la delincuencia transnacional a bandas criminales, guerrillas comunistas, disidencias insurgentes y otros clanes mafiosos.

La “Operación Jared” fue ejecutada por el Ejército de Colombia mediante su Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (Conat), la Tercera División, la Fuerza Aérea Colombiana y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI).

Autoridades policiales y militares de Colombia dijeron a EL UNIVERSAL que hay un incesante despliegue de narcotraficantes mexicanos en Colombia, Ecuador, Perú y Centroamérica para controlar la siembra de la hoja de coca, materia prima de la cocaína, y la producción, el transporte, la distribución y la comercialización del alucinógeno.

Colombia alertó, en enero de 2017, que a partir de 2014 detectó un aumento del ingreso a esa nación de narcotraficantes mexicanos que, encubiertos como turistas y empresarios, penetran a zonas productoras de droga de ese país a comprar cocaína para exportar a México.

El gobierno de Colombia advirtió que los cárteles mexicanos de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas están entre los más activos como compradores de estupefacientes a los productores colombianos.

La policía antidroga de Colombia asestó el 23 de agosto de 2020 un fuerte golpe al CJNG, uno de los más poderosos de México, al decomisarle más de una tonelada de cocaína que, con valor de 18,6 millones de dólares, intentó traficar en un semi—sumergible por el Pacífico desde un puerto colombiano hasta México.

Los cárteles mexicanos enfrentaron el impacto del acuerdo de paz, vigente desde diciembre de 2016, firmado por la ahora exguerrilla comunista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano.

Al desaparecer o debilitarse sus tradicionales vendedores colombianos de cocaína, como el retiro formal de las FARC de la narcoactividad, los cárteles de México desplegaron a un mayor número de mexicanos en Colombia para comprar drogas y resolver las dificultades para garantizar el envío de sustancias ilícitas a EU. Con información de El Universal.