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EU y la OTAN se enfocan en China y Rusia

“Sólo quiero que toda Europa sepa que Estados Unidos está allí”, dijo Biden

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Un profundo suspiro de alivio se dejó sentir este lunes en las capitales europeas luego de que el presidente Joe Biden renovara el compromiso de Estados Unidos con el principio de defensa colectiva en la mayor organización militar del planeta.

A su llegada al cuartel general aliado y en presencia del secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, Biden lanzó el mensaje que todos los europeos querían escuchar: El “artículo 5 es una obligación sagrada”. Aludió así a la esencia del principio de defensa colectiva bajo el cual los socios convienen en que un ataque armado contra uno supone una agresión contra todos.

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Como presidente, Donald Trump puso en duda el compromiso estadounidense con ese principio y plantó la semilla de la duda en los europeos sobre la lealtad con la organización militar.

“Sólo quiero que toda Europa sepa que Estados Unidos está allí”, dijo Biden aclarando que “la OTAN es de vital importancia para los intereses de Estados Unidos y de sí misma. Si no hubiera una, tendríamos que inventarla”.

A lo largo de los más de 70 años de historia de la organización militar, sólo en una ocasión ha sido invocado el principio de solidaridad. El 12 de septiembre de 2001, el día después de los ataques terroristas en Washington y Nueva York, el entonces secretario General de la OTAN, Lord Robertson, consideró que el ataque había sido dirigido desde el exterior contra EU y debía ser asumido como una agresión que merecía una respuesta en los términos más enérgicos.

La renovación de Washington con el compromiso de protegerse unos a otros tuvo lugar en la primera cumbre de la OTAN desde 2018 y, de acuerdo con Stoltenberg, el mensaje era necesario, pues llegó “en una era de competencia global” y en la que “Europa y América del Norte deben mantenerse unidos en la OTAN”. 

“Debemos defender nuestros valores e intereses. Especialmente en un momento en el que regímenes autoritarios como Rusia y China desafían el orden basado en reglas”.

Como estaba previsto, la ministerial centró sus baterías en China. Los aliados por primera vez incluyeron al gigante asiático en el concepto estratégico de la OTAN, es decir, a partir de ahora será tratado como un desafío que deberá ser abordado de manera colectiva por los 30.

Stoltenberg explicó que no se trata del inicio de una nueva Guerra Fría, ni China es vista como “adversario o enemigo”, pero los aliados han concluido que deben abordar como alianza los desafíos que el ascenso de China plantea para la seguridad colectiva.

Sostuvo que China se está acercando cada vez más a Europa, vía el ciberespacio, las inversiones en infraestructura crítica y su expansión en África. 

Además, continuó, hoy cuentan con el segundo presupuesto de defensa, con la mayor flota naval del planeta y están invirtiendo fuertemente en tecnologías altamente destructivas, como es la adaptación de sus arsenales con sistemas autónomos, de reconocimiento facial y de inteligencia artificial. 

“Están en proceso de cambiar la naturaleza de guerra de una manera que nunca habíamos visto antes, y esto atañe a nuestra seguridad. La cuestión es cómo afrontarlo, no cuándo o si lo vamos a abordar”, precisó ante medios.

Rusia fue el otro tema central de la cumbre. Stoltenberg describió el estado de las relaciones con Moscú como las más bajas desde la Guerra Fría y aseguró que sus acciones agresivas constituyen una amenaza para la seguridad Euroatlántica.

Afirmó que Rusia no tiene veto en las aspiraciones de sus vecinos, e insistió en que es decisión exclusiva de Ucrania y la OTAN si el país europeo forma o no parte de la familia transatlántica. 

“Reiteramos nuestro apoyo a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, Georgia y Moldavia. Pedimos a Rusia que retire las fuerzas que ha estacionado en los tres países sin su consentimiento”.

La cumbre concluyó con un comunicado que define los ejes de acción para la modernización de la alianza de cara al horizonte 2030. Para asegurar que la organización será capaz de enfrentar los desafíos del futuro, tomarán acciones concretas en ocho ámbitos clave.

Uno de ellos es el tecnológico. Para mantener ventaja de sus adversarios, la OTAN abrirá la cartera para financiar ideas que surjan en universidades y nuevas empresas dirigidas a desarrollar tecnologías innovadoras en seguridad y defensa.

También, profundizará la colaboración con Japón, Corea del Sur y Australia, así como con países de África, Asia y América Latina. La OTAN está convencida de que sólo se garantizará la paz mundial si se preserva el orden internacional basado en reglas. Con información de El Universal.

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