Un nuevo estudio sugiere que la proxalutamida, un fármaco experimental contra el cáncer de próstata, redujo la muerte en pacientes hospitalizados por el Covid-19 en un 77% y disminuyó los días en que permanecieron bajo revisión. Estos resultados ya han generado controversia entre las probetas y los matraces de los laboratorios, pues hay quienes confían y quienes se mantienen cautos.
La investigación contó con la participación de 645 personas, infectadas con el nuevo coronavirus, de ocho hospitales ubicados en Amazonas, un estado al norte de Brasil.
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De acuerdo con el estudio, publicado en “medRxiv”, la aplicación de este fármaco evitó que los dolientes requirieran de ventilación mecánica. Además, el 81% de las personas atendidas se recuperó en el transcurso de dos semanas. A diferencia del 36% que no recibió proxalutamida y, en cambio, fue atendido con otros medicamentos antiinflamatorios como la dexametasona.
“Un médico tiene que ver a sus pacientes con proxalutamida para comprender verdaderamente lo que hemos visto. Es inviable describir a través de palabras o traducción al lenguaje científico la respuesta dramática”, declaró Flavio Cadegiani, endocrinólogo de Applied Biology y autor principal del estudio, en su cuenta de Twitter.
Las principales revistas médicas rechazaron la publicación de estos resultados, ya que el especialista ha promovido el uso de otros medicamentos no probados para combatir la sintomatología desencadenada por el SARS-CoV-2. Entre ellos, la ivermectina y la azitromicina, entre otros compuestos antiparasitarios.
Las propiedades de la proxalutamida bloquean la actividad de los andrógenos, un tipo de hormona masculina que estimulan el desarrollo de los órganos sexuales, segregados por los testículos.
Este medicamento fue pensado para combatir el cáncer de próstata. Kintor Pharmaceuticals, la empresa de biotecnología china que la creó, reclutó pacientes con esta afección en varios centros de Estados Unidos (EU) con resultados favorecedores.
Sin embargo, no ha sido aprobada en ningún país y aseguran que los ensayos de este trabajo suman una serie de inconsistencias y omisiones, al no mencionar el número de muertes ocurridas durante la investigación.
Por lo que la Comisión Nacional de Ética de la Investigación (Conep) en Brasil comenzó una indagación frente a las irregularidades de su uso. Mientras tanto, la comunidad científica saca sus propias conclusiones.
“Estos resultados son demasiado buenos para ser verdad”, dijo Eric Topol, del Centro de Investigación Scripps. “Casi no hay intervenciones médicas en la historia de la medicina que tengan esta magnitud de beneficio, ni menos con Covid-19”, detalló.
Por otra parte, hay quienes se muestran menos escépticos en torno a los efectos de la proxalutamida. Christina Jamieson, investigadora del cáncer de próstata en la Universidad de California (UC), señaló que “parece bastante convincente”, y que su aplicación no carece de sentido.
Esto debido a que los hombres son más susceptibles a ser hospitalizados o sufrir un deceso por Covid-19 -al representar el 56% de las muertes en todo el mundo-, por lo que los andrógenos podrían influir en las complicaciones producidas por el SARS-CoV-2, consideró la experta junto con otro de sus colegas.
“Si hicieron lo que dicen que hicieron, se ve muy bien”, estimó Matthew Retting, oncólogo de cáncer de próstata de la UC, que realiza una investigación similar con otro fármaco.
Fiable o no este ensayo ya ha alentado a médicos brasileños, que si bien no han recurrido a la proxalutamida porque no está aprobada en la región, probaron la dutasterida y la bicalutamida, otros antiandrógenos que combaten el cáncer de próstata.
El interés de los antiandrógenos tiene que ver con que estos fármacos pueden evitar que el SARS-CoV-2 se multiplique, pues este entra en contacto con las hormonas masculinas -que adoptan el papel de receptoras del virus- a través de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2).
A pesar de esta evidencia, un gran número de investigadores se muestran preocupados ante la “marea de medicamentos no probados” con los que se trata al Covid-19.
“No podemos poner en riesgo la salud de la población con pautas sin evidencia científica”, escribió Clóvis Arns da Cunha, director de la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas. Con información de El Universal.