Anualmente de junio a septiembre, toneladas de polvo del desierto del Sahara en África se transportan miles de millas a través del Océano Atlántico, debido a los vientos alisios cerca del ecuador de la tierra.

El polvo, hecho de partículas muy finas de minerales, alcanza la atmósfera, creando una especie de tenue neblina con una coloración naranja-marrón que tiñe el cielo.

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Se espera que a Texas llegue este polvo la semana que viene, por primera vez en el año. Sus partículas son muy finas, y puede que afecte a las personas que sean sensibles a él, principalmente para quienes padecen problemas respiratorios.