Un choque séptico ocurre como parte de una respuesta inflamatoria, cuando una persona padece una infección, y es altamente mortal. De acuerdo con una publicación de “Eureka Alert”, uno de cada de cinco pacientes, tratados en la unidad de cuidados intensivos (UCI), no sobrevive. De ahí la importancia de atender los síntomas de manera oportuna.

“Healthline” describe que una de las razones por las que sucede es cuando una sustancia química, administrada para combatir una enfermedad, es liberada en el torrente sanguíneo, ocasionando una falla en la función de los órganos.

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Esa falla genera inflamación en el cuerpo, que a su vez, provoca la formación de coágulos de sangre -trombos- que impiden que el oxígeno y los nutrientes satisfagan a los órganos vitales.

Sin embargo, no es la única manera en que se puede desencadenar un choque séptico, pues las infecciones son una de las causas principales por las que se presenta este problema de salud.

Su gravedad también es variable. Por ello, los expertos han determinado tres formas en las que se puede llegar a manifestar:

La más común es denominada como sepsis. Tiene lugar cuando la infección alcanza el flujo sanguíneo y causa inflamación en el cuerpo.

La sepsis grave, por su parte, acontece cuando la infección es lo suficientemente grave como para afectar la función de los órganos del doliente. Las partes del cuerpo afectadas, con mayor frecuencia, son el corazón, el cerebro y los riñones.

Finalmente, el shock séptico pasa cuando una infección propicia una caída significativa en la presión arterial. Como consecuencia, puede provocar insuficiencia respiratoria o cardíaca, un accidente cerebrovascular, además de insuficiencia de otros órganos y, en el peor de los casos, la muerte.

Las personas con mayor riesgo de padecerlos son los recién nacidos, adultos mayores, mujeres embarazadas y aquellos con un sistema inmunológico debilitado -o inmunodeprimido-. Esta condición es asociada, habitualmente, a las personas que tienen una capacidad menor de combatir infecciones y otras enfermedades, causadas por dolencias previas como el VIH, el lupus, la artritis y la diabetes.

Sin embargo, la aparición de un choque séptico puede ocurrir a cualquier persona, asegura el sitio de noticias relacionadas con la salud. 

Existen también los factores ambientales. Por ejemplo, ser sometido a una cirugía mayor y permanecer hospitalizado a largo plazo, uso de narcóticos inyectables, catéteres intravenosos o urinarios, así como tubos respiratorios, que pueden introducir bacterias en el cuerpo.

Los síntomas que se presentan cuando una persona está por sufrir un choque séptico son fiebre, que rebasa los 38 grados (C°), hipotermia o temperatura corporal baja, frecuencia cardíaca rápida, y respiración rápida con más de 20 respiraciones por minuto.

Para diagnosticar que el paciente está sufriendo un choque séptico, los médicos llevan a cabo análisis de sangre que indica la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo, problemas de coagulación por plaquetas bajas, y anomalías en la función hepática o renal, entre otros indicios.

Las complicaciones producidas por la sepsis pueden ser potencialmente graves, pues los expertos han registrado que un número considerable de pacientes manifestó insuficiencia cardiaca, coagulación sanguínea anormal, insuficiencia renal y respiratoria, así como la pérdida de una parte del intestino y de algunas de las extremidades.

Para revertir sus efectos es precisa la prontitud de su diagnóstico, pues se ha cuantificado que en el 50% de los casos, que son atenidos de manera tardía, es muy poco lo que se puede hacer.

La mayoría de las ocasiones, el afectado será trasladado a la unidad de cuidados intensivos donde recibirá antibióticos intravenosos para combatir infecciones, insulina para la estabilidad del azúcar en la sangre, o corticosteroides que inhiban la inflamación. Con información de El Universal.