“Debería haberme puesto la maldita vacuna”, escribió un hombre a su prometida, en Estados Unidos, antes de empeorar y fallecer por coronavirus. Jessica DuPreez y su pareja, Micheal Freedy (conocido como “Big Mike”), querían darse un tiempo antes de vacunarse contra el coronavirus, deseaban ver “las reacciones de todos”, pero el tiempo estuvo en su contra.

Se conocieron hace varios años en el Potawatomi Hotel & Casino, en Milwaukee, Wisconsin. DuPreez nunca se consideró una anti-vacunas, incluso, según reportó Usa Today, dijo: “Creo en las vacunas, creo de todo corazón (…) Sólo queríamos esperar como un año para ver cuáles eran las reacciones de todos”. Hace tres semanas, DuPreez y Freedy, junto con sus cinco hijos, dejaron su hogar en Las Vegas, Nevada, para un viaje de dos días a San Diego, California.

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Tras las vacaciones, él regresó a casa con una quemadura de sol “brutal” y varios síntomas: falta de apetito, inquietud, fiebre, mareos y náuseas. Se quedó en casa sin ir al trabajo los siguientes dos días: no podía comer, no podía dormir. Ella atribuyó todo a las quemaduras, pero como “Big Mike” siguió mal fueron al doctor. El médico que lo vio sólo le dijo que bebiera un poco de Gatorade, y Freedy fue a trabajar esa noche.

Como el hombre no mejoraba, visitó una sala de emergencias diferente a principios de la semana siguiente, donde se enteraron que tenía coronavirus. Freedy regresó a casa, le aconsejaron, entre otras medidas aislarse, pero empeoró rápidamente. DuPreez llevó a Freedy a la sala de emergencias para su tercera visita en 96 horas. Su nivel de oxígeno en sangre era bajo y el personal del hospital estaba “sorprendido de que incluso pudiera caminar y hablar”.

Con información de El Universal