La pandemia de coronavirus no frenó la aparición de nuevas sustancias sicotrópicas (NSP) en los mercados clandestinos de drogas de América Latina.
El programa Global de Monitoreo de Drogas Sintéticas (SMART) de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reporta que, en el bienio 2019-2020, 11 países de la región notificaron 68 sustancias no antes conocidas en el mercado clandestino.
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Brasil fue el país con el mayor número de reportes sobre la presencia de nuevas sustancias en su territorio, con 36 comunicaciones, seguido por Chile con 24, Colombia con 16, Argentina con 12 y Uruguay con seis.
También hubo notificaciones de las agencias de investigación de Bolivia, Costa Rica, Jamaica, Paraguay, El Salvador y Trinidad y Tobago.
Los estimulantes sintéticos constituyeron el grupo más grande de sustancias notificadas con 37%, seguidos por los cannabinoides sintéticos, con 32%, y los alucinógenos clásicos con 16%. De los grupos químicos, las feniletilaminas y las catinonas sintéticas constituyeron conjuntamente 67% del total.
Los datos son preliminares y pueden estar sujetos a cambios, indica la organización con sede en Viena, Austria. Señala que las cifras definitivas aparecerán en el informe regional Drogas sintéticas y nuevas sustancias sicoactivas en América Latina y el Caribe que será publicado en octubre. El reporte preliminar confirma que la aparición de nuevas sustancias sicoactivas constituye un desafío regional en ascenso.
Hasta mayo de 2019, el sistema internacional había identificado 178 nuevas sustancias en 14 países latinoamericanos y caribeños durante la última década. El informe además muestra que hay un cambio significativo de la situación respecto al tipo de drogas que están llegando al mercado: hasta 2017 los alucinógenos clásicos constituían un tercio de todas las sustancias notificadas y los cannabinoides formaban 23%. “Análogo a otras regiones, el número de países de América Latina y el Caribe que identificaron NSP sigue aumentando, así como el número de NSP distintas notificadas”, indica SMART en un documento.
“Las NSP podrían estar más extendidas de lo que se refleja en los datos disponibles, ya que algunos países pueden tener una capacidad forense limitada para identificarla”, apunta.
A nivel mundial, 126 países han reportado la aparición en sus territorios de al menos una nueva sustancia sicotrópica. La base de datos de la ONU contabilizaba mil 47 sustancias a nivel mundial al cierre de 2020.
Otra tendencia regional que inquieta a las autoridades de Naciones Unidas tiene que ver con el aumento del uso de ketamina, una sustancia que no está sometida a fiscalización internacional, pero cuyo consumo fuera de un contexto médico puede ser letal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el abuso de esta sustancia, de uso humano y veterinario, puede aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, así como la toxicidad respiratoria. Además puede generar problemas de vejiga, ansiedad, ataques de pánico, palpitaciones, taquicardia, dolores de pecho, depresión e incapacidad para hablar.
El consumo de ketamina en combinación con estimulantes como las anfetaminas o la metanfetamina puede disparar la presión arterial.
Las alertas están encendidas principalmente en Argentina, Chile y Colombia, en donde se identifica un aumento de su uso en combinación con otras sustancias.
En 2019 fueron decomisados 319 kilogramos de ketamina en América Latina; las mayores incautaciones tuvieron lugar en Argentina y Chile.
El nivel de pureza de una sustancia que se vende en las calles de Colombia con el nombre de 2C-B o de Kitty flipping se sitúa entre 25% y 73%. Por lo regular, es adulterada con otras sustancias como la cafeína, el paracetamol y la fenacetina.
El organismo asegura que se requiere más información de los laboratorios forenses para tener el retrato completo de la magnitud de la problemática en el conjunto de la región. Con información de El Universal.