El presidente afgano, Ashraf Ghani, quien abandonó este domingo Afganistán poco antes de que los talibanes entraran a Kabul, afirmó que tomó esa decisión para evitar un “baño de sangre”.

“Hoy me encontré con una decisión difícil: enfrentarme a los talibanes armados que querían entrar al palacio o salir del país que he dedicado mi vida a proteger y cuidar durante los últimos 20 años”, dijo a través de su página en Facebook.

Quedarse, señaló, implicaba que Kabul quedaría “devastada. Los talibanes habían dejado claro que estaban dispuestos a llevar a cabo un sangriento ataque contra todo Kabul y el pueblo”.
Por eso, para evitar “un baño de sangre, decidí irme”, agregó.

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Los talibanes, aseguró, “se han ganado el juicio de la espada y las armas y ahora son responsables del honor, la propiedad y la autopreservación de sus compatriotas. Pero la legitimidad de los corazones no los ganó”. La fuerza, subrayó, “nunca le ha dado legitimidad a nadie y nunca lo hará”.

Reconoció que “mucha gente tiene miedo y no tiene fe en el futuro”. Los talibanes, acotó deben “ganar legitimidad y el corazón de la gente. Ahora son responsables del honor, de la posesión y de la autopreservación de su país”: Sin dar detallas sobre dónde se encuentra, aunque medios afirman que partió rumbo a Tayikistán, Ghani concluyó diciendo que “siempre seguiré sirviendo a mi gente intelectualmente y a través de programas. Larga vida a Afganistán”.

Con información de El Universal