El próximo objetivo a cumplir, en materia de salud pública en México, es la reducción en un 50% del uso de antibióticos, ya que su consumo excesivo, de acuerdo a la OMS, desencadenaría 10 millones de muertes para el 2050.
“Claramente necesitamos en la próxima década disminuir el 50% del consumo de antibióticos a nivel global y para esto necesitamos buscar que los objetivos planteados se conviertan en normas y regulaciones”, expresó Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM.
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La Universidad Nacional, junto con autoridades gubernamentales y algunas empresas emitieron hoy -10 de octubre- la Declaración para el Control de la Resistencia Antimicrobiana CDMX 2021, en la cual se busca, como finalidad más inmediata, disminuir en un 30% el uso de este compuesto por los próximos tres años.
Durante el seminario “Resistencia Antimicrobiana: enfoque integral. One health. Acciones necesarias urgentes”, la máxima casa de estudios, en compañía de la Academia Nacional de Medicina de México, convocó a sumar fuerzas para obtener un control positivo de la Resistencia Antimicrobiana (RAM) en nuestro país.
Algunas de las instancias requeridas fueron los tres niveles de gobierno, instituciones educativas, agrupaciones gremiales, integrantes de industrias farmacéuticas y agropecuarias, así como a organizaciones de la sociedad civil
“La resistencia microbiana -explicó Ponce de León- no la vemos de manera tan brutal como al Covid-19, por eso nos cuesta trabajo implementar acciones, a pesar de que conocemos el escenario al corto y mediano plazo”.
“Como dijo la OMS: cuántos millones de muertes habrá después de 2040”, puntualizó.
En este sentido, el experto señaló la urgencia de crear una Coordinación General para detener a los microorganismos resistentes a medicamentos.
Esta resistencia ha sido consecuencia, mayormente, del uso y abuso de los antibióticos. Dicho exceso ha orillado a una amenaza mundial, en la que todos los sectores se encuentran en riesgo, y para combatirlo se necesitan acciones a nivel local y nacional.
En este sentido, la declaratoria de la UNAM, indica que la industria agropecuaria es una de las que más utiliza estos compuestos. Por ello, deben ser asesorados a fin de evitar el empleo de antibióticos de uso humano en la producción de alimentos.
Otra de las grandes problemáticas -revela el documento- es el consumo indebido de antimicrobianos para tratar infecciones respiratorias superiores o diarreas, mediante la prescripción rutinaria.
Sin embargo, esto no quiere decir que no deba velarse por la producción de antimicrobianos, la cual debe ser suficiente y de abasto continuo, para cumplir ética y legalmente con una prescripción médica idónea.
Para que este plan se efectúe de manera efectiva, las investigaciones deben trazarse a través de una vigilancia epidemiológica, la detección de genes, el desarrollo de herramientas de diagnóstico o terapias para el tratamiento.
“Deben ser consideradas prioritarias en la agenda de investigación y desarrollo nacionales”, enfatiza dicha declaración.
Para estos efectos, los expertos reconocen a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y al Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, como las máximas autoridades para regular y supervisar las prácticas de prescripción de antimicrobianos para uso humano y en medicina veterinaria, zootecnia y agroindustria, respectivamente.
Además, las y los involucrados instaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a monitorear la dispersión de bacterias resistentes en el líquido. Con información de El Universal.