La Organización Mundial de la Salud (OMS) le asignó la letra griega Ómicron a la nueva variante de la COVID-19 detectada recientemente en Sudáfrica.

La agencia reconoció que la nueva cepa, anteriormente denominada B.1.1.529, como una “variante preocupante”, con el fin de priorizar el seguimiento y la investigación a nivel mundial.

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La cepa Ómicron se detectó por primera vez este mes en Botsuana, donde ya se contabilizan cuatro casos. Para el 25 de noviembre, se registraron en 77 muestras en Sudáfrica, otras dos en Hong Kong y una más en Israel, donde la nueva variante fue detectada en viajeros desde Sudáfrica y Malaui, respectivamente.

Tras la aparición de la nueva variante, potencialmente resistente a algunas vacunas, en el sur de África, varios países, entre ellos Israel, Alemania, República Checa, Reino Unido y España prohibieron a sus ciudadanos viajar al sur del continente, así como la entrada de extranjeros procedentes de esa región.