Luego de una noche de combates en Donbas, región fronteriza donde se concentra la población ucraniana prorrusa, el presidente Joe Biden convocó este viernes a un grupo de líderes europeos y de la OTAN a una videoconferencia con el fin de analizar las últimas informaciones de los servicios de inteligencia que insisten que un ataque militar se puede dar en los “próximos días”.
De acuerdo con fuente oficiales, en la lista de convocados están los miembros del G-7 salvo Japón, así como presidentes de dos países limítrofes con Ucrania, el de Polonia, Andrzej Duda, y el de Rumania, Klaus Iohannis.
Igualmente figuran los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
De esta manera, Biden estaría acelerando medidas diplomáticas para evitar una rusa de Ucrania; acciones que también impulso luego de que el embajador de EEUU ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Michael Carpenter, diera a conocer en Viena, que actualmente Rusia ha desplegado en torno a Ucrania entre 169.000 y 190.000 soldados, frente a los 100,000 del 30 de enero.
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Despliegue que calificó como “la movilización militar más significante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, incluye tropas rusas en Bielorrusia, en Rusia y en la península de Crimea, anexionada de forma ilegal por Moscú en 2014.
Esta acumulación observada por Washington contrasta con los mensajes de Moscú de los últimos días sobre una supuesta “retirada de sus tropas”.