El presidente Joe Biden extendió este jueves el decreto que considera a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos.
El decreto, que fue emitido inicialmente por Barack Obama en 2015, fue prorrogado por un año más, hasta 2023.
“La erosión de las garantías de los derechos humanos por parte del Gobierno de Venezuela, la persecución de los opositores políticos, la restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y violaciones y abusos de los derechos humanos en respuesta a las protestas antigubernamentales, y el arresto y la detención arbitrarios de manifestantes antigubernamentales, así como la presencia exacerbada de una importante corrupción gubernamental”, resalta un comunicado compartido por la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense consideró que las circunstancias descritas en la Orden Ejecutiva “no han mejorado, y siguen suponiendo una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos”.
En marzo de 2015 el expresidente Barack Obama firmó una orden ejecutiva en la que declaraba una “emergencia nacional” por la “amenaza” a la seguridad nacional y la política exterior causada por la situación que enfrentaba Venezuela.
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Mientras que las primeras sanciones contra la Administración de Nicolás Maduro fueron aprobadas y firmadas en diciembre de un año antes por Obama, luego de considerar que en Venezuela se cometieron violaciones a derechos humanos durante las protestas desarrolladas en ese mismo año.