La ONG de Venezuela Provita y la argentina Fundación Temaikén establecieron este jueves una alianza para combatir el tráfico de aves silvestres a través del Proyecto ECHO.
Provita explicó en un comunicado divulgado en su página web que el Proyecto ECHO es un modelo de colaboración a distancia para formación médica y educativa, y ahora también será aplicado en el ámbito de la conservación ambiental.
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La coordinadora de la Iniciativa Cardenalito de Provita, Arlene Cardozo, explicó que ambas organizaciones cuentan con una “trayectoria importante” en la lucha contra el tráfico ilegal de aves silvestres y que esta es una oportunidad para aprender y generar sinergias internacionales.
El tráfico de aves, señaló, constituye uno de los “principales problemas que amenaza a este grupo de especies, con una red que se conecta a lo largo de toda Suramérica y el mundo. A la par que instituciones sumen esfuerzos y experiencias para generar buenas prácticas para mitigar sus efectos, se avanzará hacia el diseño de estrategias de intervención pertinentes”.
“El modelo ECHO ha evolucionado hasta convertirse en un marco de aprendizaje que se aplica en todas las disciplinas para lograr un cambio profundo y sostenible, basado en el lema ‘todos enseñan, todos aprenden’”, dijo Cardozo.
Por su parte, la agencia EFE indicó que la coordinadora del Proyecto Cardenal Amarillo de la Fundación Temaikén, Alicia de la Colina, expresó que hay urgencia en implementar este tipo de iniciativas de articulación en la región.
El tráfico de vida silvestre es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad y se encuentra entre los negocios ilícitos más rentables a nivel global, pero su origen y principal impacto es local, siendo Latinoamérica la región que sufre mayores pérdidas de aves debido a esta amenaza, apostilló de la Colina.
América Latina es una suerte de “caja negra” respecto a los datos sobre el comercio ilícito de especies, alerta la ONU, aunque la “limitada información” disponible indica que las maderas como el cocobolo, y la fauna como el pepino de mar, están entre los especímenes más traficados en la región.