Además de su nocivo impacto en la salud de los seres humanos al causar unas 8 millones de muertes anuales, el tabaco genera toneladas de desechos, destruye los bosques y contribuye al calentamiento global, advierte este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Día Mundial Sin Tabaco.
En la jornada de concienciación, que este año tiene por lema “El tabaco envenena nuestro planeta”, el organismo ha mostrado el negativo impacto ambiental de una industria que cuesta anualmente 600 millones de árboles, 200.000 hectáreas de tierra, 22.000 toneladas de agua y emite 84.000 millones de toneladas de CO2.
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Sus emisiones son equivalentes a la quinta parte de las de la aviación civil, por lo que el tabaco también es un importante contribuyente en el cambio climático, indica la OMS en una jornada donde resalta el especial perjuicio de esta industria en los países en desarrollo, donde se encuentran la mayoría de los cultivos.
En esas economías, “el agua y la tierra se necesitan desesperadamente para producir alimentos, pero en lugar de ello se utilizan en letales plantas de tabaco, mientras se destruyen bosques para conseguir más terrenos”, lamentó la organización.
A esto debe unirse el negativo impacto de los residuos derivados del tabaco: los filtros de las colillas, que contienen microplásticos, son la segunda principal fuente de polución plástica del planeta.
“Los residuos del tabaco, uno de los desechos más habituales del planeta, contienen más de 7.000 químicos tóxicos que depredan nuestro medio ambiente. Unos 4,5 billones de filtros contaminan nuestros océanos, ríos, aceras, parques, suelos y playas cada año”, advirtió el director de Promoción de la Salud de la OMS, Ruediger Krech.
Según la agencia EF, la OMS destaco en este sentido el alto precio que la limpieza de los desechos del tabaco, generalmente pagada por los contribuyentes, supone para muchos gobiernos: a China le cuesta unos 2.600 millones de dólares anuales, a India 766 millones, y a Brasil y Alemania más de 200 millones cada uno.
El organismo con sede en Ginebra aplaude en este sentido las iniciativas de países como España o Francia, así como ciudades como San Francisco (EEUU), que han desarrollado legislación para que la industria del tabaco pague el coste de la limpieza de sus residuos.