De Nueva York a California, autoridades, activistas y ciudadanos prometieron el viernes luchar para que los estados gobernados por demócratas sigan sirviendo de “santuarios” destinados a que las mujeres que deseen abortar lo hagan con total seguridad.
En el estado de Nueva York (este), cuarto del país en población (20 millones de habitantes) e históricamente situado a la izquierda por el peso liberal en la ciudad de la ‘Gran Manzana’, autoridades y profesionales sanitarios se preparaban desde hace semanas para el entierro de medio siglo de derecho constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo.
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El Univresal indicó que prevén una avalancha de mujeres procedentes de los 26 estados conservadores que han prohibido o limitado el aborto o que lo harán próximamente. De ellos, 13 estados se han dotado de las denominadas leyes ‘gatillo’, que automáticamente se activarán en cuestión de días u horas tras la decisión del Supremo.