Respirar aire contaminado podría hacer que las partículas tóxicas fueran transportadas desde los pulmones hasta el cerebro, a través del torrente sanguíneo, lo que podría contribuir a la aparición de trastornos cerebrales y daños neurológicos, revela un nuevo estudio.

Los científicos han descubierto una posible vía directa utilizada por varias partículas finas a través de la circulación sanguínea, con indicios de que, una vez allí, estas permanecen más tiempo en el cerebro que en otros órganos metabólicos principales.

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Los científicos revelaron que habían encontrado diversas partículas finas en el fluido cerebroespinal humano tomado de pacientes que habían sufrido trastornos cerebrales, lo que puso de manifiesto un proceso que puede dar lugar a que las sustancias tóxicas en forma de partículas acaben en el cerebro.

La agencia EFE indica que los datos sugieren que hasta ocho veces más partículas finas pueden llegar al cerebro viajando desde los pulmones, a través del torrente sanguíneo, que pasando directamente por la nariz.