Encender el ventilador y comenzar a disfrutar de su airecito mientras dormimos es un gesto al que muchas personas se están comenzando a acostumbrar en estas noches calurosas de verano.
Pese a ello, no todo es tan bonito como parece, ya que exponernos constantemente a esa pequeña corriente de aire puede ser muy perjudicial para la salud.
Lea También: Enfermedades intestinales aumentan el riesgo de desarrollar Alzheimer
En primer lugar, el ventilador es un aparato que acostumbra a realizar un ruido al entrar en funcionamiento. Tener ese ruido toda la noche en nuestros oídos puede dificultar la conciliación del sueño e impedir que completemos las fases del sueño.
Por otro lado, la corriente de aire que provoca el ventilador y que llega nuestro cuerpo también puede provocar un resecamiento de la piel y de las fosas nasales.
De este modo, al día siguiente podemos levantarnos con una congestión nasal, dolor de cabeza, irritación en los ojos o incluso sequedad en la garganta.