Durante mucho tiempo se entendió que el ejercicio puede ser beneficioso para prevenir algunos tipos de cáncer, pero solo en los últimos años los científicos comenzaron a comprender por qué.
Un equipo de investigadores de Texas A&M demostró en un artículo publicado recientemente que una hormona secretada por los músculos durante el ejercicio puede reducir el crecimiento de tumores e incluso matar células cancerosas.
“Esa fue la noticia genial y, supongo, innovadora que pudimos mostrar mecánicamente: hay algo liberado del músculo esquelético. Cuando lo ponemos en las células cancerosas, ralentiza el crecimiento y, a veces, las mata”, dijo Amanda Davis, profesora asistente clínica en la Escuela de Medicina Veterinaria.
Cuando los músculos esqueléticos se contraen durante el ejercicio, se liberan hormonas llamadas mioquinas. Esta hormona entra en el torrente sanguíneo y puede suprimir el crecimiento de esas células cancerosas.