“Es muy triste lo que pasó. Se va a hacer justicia”. Estas fueron las únicas palabras que pronunció Manuel López Obrador, presidente de México, a los medios de comunicación que lo esperaban en el Gimnasio del Colegio de Bachilleres de Ciudad Juárez, donde ocurrió el incendio que acabó con la vida de más de 40 migrantes.

Los medios de comunicación no eran los únicos que esperaban a López Obrador. Un nutrido grupo de migrantes también lo esperaban para expresar su molestia por la manera como el Estado mexicano ha abordado la tragedia ocurrida en un centro migratorio.

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“Merecemos respeto. Somos seres humanos. No a la xenofobia. Pedimos que nos traten con amor, porque no somos delincuentes. Ahora nosotros pedimos justicia”, expresó Richard Franco, migrante venezolano que asistió a la concentración.

Un reporte de Voz de América explica que el presidente mexicano llegó a la cita en una camioneta blanca y una hora antes, precisamente para evitar el contacto con los migrantes que lo esperaban. Tampoco se reunió con ellos al finalizar el evento.