Mientras familias y seres queridos lloraban la inimaginable pérdida de 19 niños y dos maestras que murieron al ser baleados el año pasado en una masacre en una escuela de Uvalde, Texas, el presidente Joe Biden dijo desde la Casa Blanca que demasiadas escuelas y demasiados lugares se han convertido en “campos de muerte”.
Los miembros de la localidad liberaron mariposas durante una ceremonia y realizaron una vigilia con velas. La legislatura de Texas guardó un minuto de silencio a las 11:30 a.m., la hora en que el agresor entró el año pasado en la Escuela Primaria Robb y desató la peor masacre escolar de los últimos 10 años en Estados Unidos.
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Biden pronunció un discurso frente a 21 velas, una por cada víctima, acompañadas de una rosa blanca y lazos de satén de los colores de la escuela que contenían el nombre y edad de cada una de las víctimas. Los niños que murieron tenían entre 9 y 11 años de edad. Antes de que el presidente comenzara con su discurso, él y la primera dama Jill Biden, quien es profesora, se detuvieron a observar los nombres de los fallecidos.
“Sé que hoy es un día muy duro para todas las familias”, comentó Biden. “Recordar es importante, pero también doloroso”.