Unas 1.000 víctimas de desplazamiento forzado por la ola de violencia que ha generado el crimen organizado en comunidades del estado de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, sur del país, regresaron este jueves al municipio de Frontera Comalapa y exigieron al Gobierno seguridad en la región.

Las personas retornaron a sus hogares, desde el municipio de Chimuselo, a unos 25 kilómetros de distancia, y en su regreso fueron escoltados por agentes Protección Civil, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Guardia Nacional.

Esto luego de que el miércoles unos 1.500 agentes militares tomaron el control del citado municipio de Frontera Comalapa.

Desde la semana pasada varias comunidades del municipio de Frontera Comalapa fueron escenario de balaceras y bloqueos entre grupos criminales.