Un suceso violento ocurrido el martes pasado, en Nanterre, una ciudad ubicada en las afueras de París, está propiciando tanto disturbios en las calles como un gran debate sobre la violencia policial en Francia.
Nahel, un joven de 17 años, estaba al volante de un automóvil deportivo de alquiler cuando dos policías lo señalaron para un control de tráfico. En lugar de obedecer, el joven aceleró en un intento de fuga, y uno de los agentes le disparó, acabando con su vida.
Lea también Explosión en París deja veintinueve heridos y dos desaparecidos
Este acontecimiento ha provocado un estallido de indignación y disturbios, extendiéndose desde Nanterre hasta el corazón de París. Hasta la fecha, se han incendiado más de 40 vehículos, se han levantado barricadas en varios barrios y se han registrado altercados en edificios institucionales. Las fuerzas de seguridad han detenido al menos a 600 personas y se espera que este número aumente en los próximos días.
Las consecuencias recuerdan a los hechos acaecidos con George Floyd (2020, Estados Unidos), un afroamericano que murió después de que un agente de policía de Minneapolis, Derek Chauvin, se arrodillara sobre su cuello durante más de nueve minutos durante un arresto.
National Geographic l caso de Nahel no es aislado. La brutalidad policial en Francia ha estado en el punto de mira, especialmente en el contexto de un aumento del uso de armas de fuego por su parte para detener a aquellos que evaden controles de tráfico. En 2022, un total de 13 personas murieron en encuentros con la policía, una cifra récord que preocupa a la sociedad francesa.
Al mismo tiempo, el número de vehículos que eluden los controles policiales ha aumentado en un alarmante 50% en la última década, con un total de 27.000 vehículos registrados en 2022. Los sindicatos policiales advierten de un incidente de evasión cada 20 minutos.