La violencia de las pandillas que sacude esta ciudad turística en la costa del Pacífico de México ha provocado la cancelación de más de 7500 reservas este verano, según los hoteleros del área.

A pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad pública, Acapulco, donde más del 80 por ciento de los residentes dependen del turismo para su sustento, ha sido testigo de una serie de incidentes impactantes en las últimas semanas.

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Un destacado empresario local fue asesinado en una concurrida carretera, el cuerpo de una joven asesinada fue encontrado en una bolsa de basura y los narcotraficantes incendiaron una docena de vehículos durante un disturbio.

“Para nosotros, esta temporada ha sido diferente. Esperábamos un poco más de ocupación, esperamos llegar a los niveles de ocupación que tuvimos en 2019”, dijo a Efe el presidente de la Cámara de Hoteles y Turismo, Alejandro Domínguez.

La prensa latina señaló que Acapulco recibió más de 1,84 millones de visitantes en el segundo trimestre de 2019, último año antes del Covid-19.

Si bien el turismo ha ido en aumento en los últimos dos años, aún no ha alcanzado los niveles previos a la pandemia y los titulares sobre la violencia en la ciudad portuaria no ayudan.