El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes una orden ejecutiva que busca restringir de manera drástica las solicitudes de asilo en la frontera con México, en lo que supone una de sus medidas migratorias más duras y que llega en plena campaña para las elecciones de noviembre.
Esa orden, que entrará en vigor este mismo martes, permitirá a las autoridades estadounidenses deportar a quienes no cumplan unos estrictos estándares de asilo cuando se supere la cifra de 2.500 detenciones diarias en la frontera, detallaron a la prensa altos funcionarios estadounidenses.
Aunque se tiene previsto que continúen otras actividades fronterizas —como el comercio—, el límite de 1.500 encuentros con el que se reabriría la frontera a los solicitantes de asilo podría ser difícil de alcanzar. La última vez que el promedio diario cayó por debajo de los 1.500 encuentros fue en julio de 2020, durante la pandemia de COVID-19.