Temperaturas cercanas a 40 grados azotan a migrantes varados en el río Bravo (o Grande), en la frontera de México con Estados Unidos, donde han padecido la tercera onda de calor del año que acumula casi dos semanas en territorio mexicano. El termómetro llegó a 38 grados varios días de este semana en Ciudad Juárez, donde se espera que el próximo martes y miércoles alcance los 40 grados, temperaturas que afectan a los indocumentados que acampan a la intemperie en el límite binacional.
La Dirección Municipal de Protección Civil atendió la semana pasada a una bebé de 10 meses con un cuadro grave de deshidratación y un niño de 10 años fue al hospital por escoriaciones en la piel.
“Es bien difícil porque en el día el calor es insoportable, no hay donde esconderse, entonces toca (cubrirse) con las cobijas y las cosas que uno trae”, declaró a EFE Nicolás, un colombiano que partió de su país por la violencia.
El hombre agregó que, al clima, se suma la agresividad de la Guardia Nacional de Texas, que ahora les dispara desde Estados Unidos balas de goma y de gas pimienta.
Con información del Diario Libre.