Los venezolanos están llamados a votar el próximo 28 de julio en unas elecciones que, por primera vez en 25 años, despiertan expectativas de un cambio real. El chavismo, liderado por el presidente Nicolás Maduro, llega a la cita castigado por el desgaste, según recoge la inmensa mayoría de las encuestas, mientras que la oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia, aspira a que el clima de giro de timón que se respira en el país se concrete en las urnas. La política más popular de Venezuela, María Corina Machado, no pudo presentarse al haber sido inhabilitada por la autoridad electoral, aunque su popularidad y su protagonismo en la campaña han hecho de ella el principal motor de la candidatura antichavista.
Al mismo tiempo, la comunidad internacional trabaja para que las partes firmen un documento por el que se comprometan a aceptar el resultado. Pero el país afronta la votación en un ambiente de máxima tensión. El expresidente argentino Alberto Fernández ha asegurado este miércoles que el Gobierno le pidió suspender su viaje como observador. El martes, Fernández se había sumado a Luiz Inácio Lula da Silva y emplazó a Maduro a aceptar el resultado si sufre una derrota. “Si es derrotado, lo que tiene que hacer es aceptar”, afirmó. Con estas premisas, Brasil ha informado de que suspende el envío de observadores electorales a las presidenciales.
Con información de El País.