Texas
ADN podría aclarar un caso infantil sin resolver
Autoridades del condado de Lee esperan que el ADN ayude a identificar los restos de un niño hallados en 1975 en una bolsa de basura cerca de Giddings, Texas.

El Condado de Lee, Texas, está más cerca de resolver un misterio que ha permanecido sin respuesta durante casi 50 años. Las autoridades han reabierto el caso de un niño pequeño cuyos restos fueron hallados en una bolsa de basura en 1975. Ahora, gracias a la tecnología moderna y el análisis de ADN, esperan identificarlo y descubrir qué sucedió.
El 7 de septiembre de 1975, una familia disfrutaba de un picnic en un parque junto a la carretera 77, al sur de Giddings, cuando hicieron un macabro descubrimiento. Bajo un árbol, un hombre notó una bolsa de basura negra. Al abrirla, encontró los restos de un niño envuelto en ropa de la marca Buster Brown.
Rodney Meyer, quien en ese entonces era diputado del condado de Lee, fue uno de los primeros en llegar a la escena. “Era un bebé pequeño, descompuesto”, recordó Meyer. Un viejo recorte de periódico lo muestra trabajando en el lugar del hallazgo, un caso que lo marcaría para siempre.
El caso quedó en el olvido hasta que, en 2023, el nuevo sheriff del condado de Lee, Garrett Durrenberger, decidió retomarlo. “Cuando asumí el cargo, me reuní con el exsheriff Meyer para hablar sobre casos sin resolver, y este fue uno de los más impactantes”, explicó Durrenberger.
Ambos revisaron la evidencia disponible y concluyeron que el niño tenía aproximadamente cuatro años al momento de su muerte. El cráneo presentaba cabello castaño y tres heridas punzantes, lo que sugiere que fue víctima de un crimen violento.
Inicialmente, los restos fueron enviados al Departamento de Seguridad Pública de Texas y luego a la Oficina del Médico Forense de Oklahoma. Durante años, el pequeño estuvo almacenado en una caja sin que se lograra su identificación. Sin embargo, en 2023, Meyer y Durrenberger decidieron recuperar los restos y enviarlos a la Universidad del Norte de Texas para un análisis genético más avanzado.
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Mientras se esperan los resultados del ADN, los investigadores han recreado la escena del crimen utilizando un mapa dibujado a mano por Meyer en 1975. También han consultado registros de la Cooperativa Eléctrica Bluebonnet para ubicar un poste de electricidad y un árbol que aún sigue en pie, ayudándoles a precisar el sitio exacto donde se halló el cuerpo.
Ahora, las autoridades confían en que la genealogía genética ayude a identificar a algún familiar del niño. “Hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas que tenían en 1975. Nosotros hacemos lo mismo hoy, pero con tecnología diferente”, dijo Durrenberger.
Un misterio aún sin resolver
“Es triste porque tenemos a un niño pequeño y no sabemos quién es su familia”, expresó Meyer. Las preguntas sin respuesta continúan: ¿Fue raptado? ¿Era un niño abandonado? ¿Sus agresores eran conocidos suyos? Hasta el momento, nadie lo sabe.
No está claro cuánto tiempo tomará obtener los resultados del análisis genético ni si estos aportarán pistas clave. Sin embargo, el sheriff y su equipo mantienen la esperanza de que, después de casi cinco décadas, este caso finalmente encuentre justicia y el niño recupere su identidad.