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Astronautas regresan tras 9 meses en el espacio
Los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore regresan tras 9 meses en el espacio. Enfrentan mareos, pérdida ósea y otros efectos antes de su recuperación.

Después de una estadía mucho más larga de lo planeado en la Estación Espacial Internacional (ISS), los astronautas Suni Williams y Barry “Butch” Wilmore finalmente regresan a la Tierra este 18 de marzo. Lo que iba a ser una misión breve de algunos días a bordo de la cápsula Starliner de Boeing en junio de 2024 terminó extendiéndose nueve meses debido a problemas técnicos con la nave.
Williams y Wilmore forman parte de un reducido grupo de astronautas que han pasado más de 200 días consecutivos en el espacio. Para ponerlo en perspectiva, solo diez astronautas han logrado permanecer tanto tiempo en órbita. El récord lo mantiene Frank Rubio, quien pasó 371 días en la ISS.
Si bien el regreso de los astronautas es un motivo de celebración, su vuelta a la gravedad terrestre no será sencilla. De acuerdo con el protocolo de la NASA, ambos serán trasladados en camillas inmediatamente después del amerizaje, programado para las 4:57 p.m. CT en la costa de Florida.
Uno de los primeros desafíos que enfrentarán será el mareo por movimiento espacial, una condición que afecta entre el 60 % y el 80 % de los astronautas en sus primeros días de readaptación. Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), este malestar se debe a la dificultad del cuerpo para adaptarse nuevamente a la gravedad. Sus síntomas incluyen náuseas, fatiga, pérdida de apetito y sudoración fría.
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Además del mareo, los astronautas pueden experimentar erupciones cutáneas y piel sensible. Scott Kelly, quien pasó 340 días en el espacio, reportó sensibilidad extrema en sus pies y brotes en la piel, efectos que duraron casi una semana después de su regreso.
Otro de los efectos más preocupantes de una estadía prolongada en el espacio es la pérdida de densidad ósea. La NASA estima que los astronautas pierden alrededor del 1 % de su masa ósea por cada mes sin gravedad. Esto sucede porque en microgravedad el cuerpo deja de regenerar hueso nuevo a la misma velocidad con la que lo reabsorbe, lo que puede llevar a una reducción significativa de la densidad ósea.
Asimismo, la exposición prolongada a la radiación espacial es un riesgo latente. Aunque la ISS cuenta con protección, no es suficiente para bloquear toda la radiación. La Agencia Espacial Europea señala que una semana en la ISS equivale a un año de exposición a radiación en la Tierra, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer con el tiempo.
A pesar de los efectos adversos, la mayoría de los cambios que sufre el cuerpo en el espacio tienden a revertirse con el tiempo. Un estudio realizado en 2019 con los gemelos astronautas Scott y Mark Kelly demostró que los cambios físicos y genéticos sufridos en el espacio regresaron casi por completo a la normalidad tras el retorno a la Tierra. Este tipo de investigaciones ayudará a la NASA a comprender mejor los efectos de los vuelos espaciales prolongados y preparar futuras misiones a la Luna y Marte.
