Estados Unidos
Mujer varada en Puerto Rico por su loro
Una mujer de 76 años quedó atrapada en Puerto Rico tras ser impedida de volar con su loro de apoyo emocional, causando una serie de complicaciones.

María Fraterrigo, una mujer de 76 años originaria de Nueva York, se encuentra atrapada en Puerto Rico después de que Frontier Airlines le impidiera abordar un vuelo de regreso con su loro, Plucky, un ave africana gris que la acompaña como apoyo emocional. El incidente ocurrió el 5 de abril de 2025, y desde entonces la mujer ha quedado varada, enfrentando no solo la frustración de no poder regresar a su hogar, sino también la angustia de tener que separarse de su fiel compañero.
La situación comenzó meses antes, cuando Fraterrigo viajó con su loro desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy en Nueva York hasta San Juan en enero, sin ningún problema. Según el testimonio de su hijo, Robert Fraterrigo, un representante de la aerolínea le aseguró que Plucky podría volar con ella, lo cual fue confirmado a través de un mensaje de chat que decía: “¡Genial!”. Sin embargo, las complicaciones surgieron cuando intentaron abordar el vuelo de regreso en abril.
En el aeropuerto de Puerto Rico, el personal de la aerolínea informó a Fraterrigo que el loro no cumplía con los requisitos de la compañía para viajar en cabina, a pesar de que estaba en un contenedor homologado. Los agentes de la aerolínea le comunicaron que permitirle volar con el loro fue un error en el vuelo de ida. Le dijeron que, para poder abordar el vuelo, tendría que abandonar a su ave, algo que Fraterrigo no consideró ni remotamente como una opción viable.
El sitio web de Frontier Airlines establece que solo se permiten aves “domésticas pequeñas” en la cabina, excluyendo a loros y otras aves más grandes, lo que provocó este malentendido. A pesar de que la aerolínea reconoció el error en su vuelo inicial y ofreció un reembolso de 190 dólares por el costo del boleto y un cupón de 250 dólares para vuelos futuros, la situación no se resolvió. María y su loro se encontraron atrapados, ya que las soluciones ofrecidas no abordaron el problema principal: regresar a Nueva York con Plucky.
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El hijo de Fraterrigo, Robert, expresó su frustración por la falta de soluciones efectivas. Señaló que su madre no cometió ningún error y que solo necesitaba regresar a su hogar con su ave. Además, la ubicación geográfica de Puerto Rico complicaba aún más la situación, pues no había opción de transporte alternativo.

El vínculo emocional entre Fraterrigo y Plucky es profundo, ya que el loro se ha convertido en su único apoyo tras la muerte de su esposo en 2019 debido a un cáncer vinculado al atentado del 11 de septiembre. Plucky no solo es un animal de compañía, sino una fuente constante de consuelo para la mujer. El hecho de que no pudiera regresar a casa con él ha afectado su bienestar emocional y físico, ya que, además de la angustia, no tiene acceso a su medicación y sus citas médicas.
Robert ha intentado encontrar otras soluciones, incluyendo contactar aerolíneas pequeñas y proponer vuelos privados, pero hasta el momento ninguno de estos esfuerzos ha tenido éxito. Mientras tanto, Frontier Airlines ha comunicado que están investigando el incidente y buscando maneras de remediar la situación, aunque no se ha encontrado una solución clara.
La historia de María Fraterrigo pone en evidencia las complejidades y los desafíos que enfrentan las personas que dependen de animales de apoyo emocional, y cómo los cambios en las políticas de las aerolíneas pueden afectarles profundamente.