Hace unos días entró en vigor en Texas una norma que veta el aborto a las seis semanas de gestación, cuando se puede detectar el latido del corazón del feto y muchas mujeres no saben aún que están embarazadas.
La misma no contempla excepciones en casos de incesto o violación. Es conocida como la Ley 8 del Senado, y entró en vigor a la espera de que el Supremo, que cuenta con una mayoría conservadora reforzada, adoptará una resolución.
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La noticia ha causado conmoción. Se dice que quita el poder a las personas embarazadas y se lo da a los activistas antiabortistas que, según medios, han creado sitios para impulsar denuncias de supuestas violaciones.
La ley, que recibió el aval del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, en mayo pasado, establece indemnizaciones de hasta 10.000 dólares al demandante si gana el juicio.
Según la página del gobierno de Texas, el proyecto de ley 1280 de la Cámara de Representantes prohibirá el aborto en Texas después de que se anule Roe v. Wade.