Pese a que la noticia que se espera a dos bebés siempre implica una sorpresa grata para la madre y el padre, un embarazo múltiple puede traer consigo una serie de complicaciones que ponen en peligro una de las dos vidas, debido a partos prematuros, abortos espontáneos, entrecruzamiento de cordón y hemorragias sólo por mencionar unas cuantas.

Estos son los factores de riesgo principales, basados en la guía del Children’s Hospital Stanford.

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Parto y nacimiento prematuros

De acuerdo con el hospital, inscrito en el programa de estudios de la Universidad de Stanford, más del 60% de embarazos por mellizos son prematuros, pues el parto se precipita antes de las 37 semanas, pero esto ocurre no sólo en la gestación de dos bebés, sino que mientras mayor sea la cantidad de fetos, durante el embarazo, la probabilidad de un parto prematuro aumentará. El problema de esta eventualidad es que los recién nacidos no alcanzan a desarrollar por completo sus órganos. Por ello, son bebés muy pequeños con un peso menor a los 2 kilos 500 gramos.

Durante los primeros meses necesitarán ayuda para respirar, comer, combatir infecciones y mantener su temperatura corporal.

Los bebés, nacidos durante las primeras 28 semanas de gestación, son los más vulnerables, pues sus órganos no terminaron por madurar y se encuentran desprotegidos fuera del útero, por lo que pueden experimentar disfunción orgánica.

Defectos de nacimiento

Un embarazo múltiple también puede desencadenar anomalías congénitas como lo son trastornos gastrointestinales, anomalías cardíacas, en el tubo neural da origen al encéfalo, que controla las funciones del pensamiento, y la columna vertebral.

Aborto espontáneo

La pérdida de uno de los bebés, en un embarazo múltiple, se le conoce como “síndrome del gemelo evanescente”, pues uno de ambos fetos “desaparece” o muere durante el primer trimestre, aunque el riesgo de pérdida puede hacerse presente, de nuevo, en los últimos trimestres también.

Síndrome de transfusión feto-fetal

El síndrome de transfusión feto-fetal (TTTS, por sus siglas en inglés) ocurre sólo en casos en los bebés son gemelos idénticos o monocigóticos; la placenta que comparten es desplazada por y conectada por los vasos sanguíneos de los fetos que, se transfieren sangre uno hacia el otro.

El problema es que, después de un tiempo, el feto que recibe la sangre es sobrecargado, afectando al sistema cardiovascular y causando un exceso de líquido amniótico. A su vez, el feto donante recibe una cantidad de sangre insuficiente.

Con información de El Universal