Varias personas se reunieron el miércoles en una iglesia católica en Uvalde, Texas, para darle el último adiós a la maestra Irma García, que murió en el tiroteo a la escuela primaria Robb,y a su marido, Joe, que falleció dos días después de un infarto.

Diecinueve niños y dos profesoras —García y su compañera Eva Mireles, de 44 años— murieron el 24 de mayo cuando un hombre de 18 años irrumpió armado en su aula. Las visitas, funerales y entierros comenzaron el lunes y continuará hasta mediados de junio.

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El miércoles, en la iglesia católica del Sagrado Corazón, dos coches fúnebres negros que transportaban los féretros de los García llegaron en una procesión encabezada por policías y motociclistas civiles.

El Universal indicó que algunos sollozaron durante el servicio en el que el arzobispo Gustavo García-Siller agradeció la dedicación de Irma García. Varias veces a lo largo de la homilía enumeró los nombres de los niños asesinados.

Irma, de 48 años, estaba terminando su 23er año como profesora en la escuela Robb. En una carta publicada en el sitio web de la escuela a principios del año escolar, García dijo a sus alumnos que ella y Joe tenían cuatro hijos: un marine, un estudiante universitario, un estudiante de secundaria y un alumno de séptimo grado.

Joe, de 50 años, se desplomó y murió después de dejar unas flores en el sitio de homenaje a su mujer. Habrían cumplido 25 años de casados el 28 de junio. Su obituario señaló que él e Irma “comenzaron su relación en la escuela secundaria y floreció en un amor que era hermoso y amable”.