Indígenas ikoots de San Mateo del Mar, en Oaxaca, decidieron reforestar un mangle para reconectarse con la naturaleza y paliar los efectos del clima caluroso y la escasez en la pesca.

El atardecer reúne a los ikoots para reforestar la zona pues, según antiguas creencias, representaba el hábitat de los Señores Cocodrilos, los guardianes de la laguna y el mar, que tuvieron que irse cuando los manglares de la laguna que rodea la comunidad fueron devastados.

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Según la agencia EFE, los ikoots, que son una comunidad que habita en el Istmo de Tehuantepec comenzaron una labor de reforestación cuyos beneficios quizás no verán.

Mujeres y hombres dirigen con la fuerza de sus brazos las carretillas donde transportan las macetas con pequeñas plantas de mangle, que serán sembradas con sus propias manos a la orilla de la laguna, adyacente al Golfo de Tehuantepec.