Solemos despreciar el ajo, lo descalificamos por su mal sabor, y en ocasiones hasta evitamos los platillos en los que este ingrediente es importante protagonista. Sin embargo, como en la historia de las habichuelas mágicas, los dientes de ajo son pequeños, pero hay que confiar en ellos.
El ajo tiene propiedades que se han reconocido desde tiempos antiguos. Quienes construyeron la pirámide de Guiza comían ajos porque en esa época ya se reconocían los atributos fortificantes de dicho alimento, cuenta el artículo “Aspectos culinarios y farmacéuticos del ajo”, de la investigadora María del Carmen Francés Causapé.
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El ajo llegó a América con la conquista de los españoles, dice por su lado una publicación de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), que destaca también que el ajo posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías, es rico en vitamina C, vitamina B6 y manganeso.
Ahora bien, hay que resaltar algunas propiedades del ajo blanco:
1. Ayuda a combatir la gripe
El ajo contiene alicina, una sustancia que se forma cuando un diente de este vegetal es aplastado. Y “se ha demostrado que la alicina es un antiviral que puede ayudar a controlar los síntomas de los resfriados y la gripe (…), dice un artículo de Mercola.
La alicina se genera cuando la enzima alinasa metaboliza la aliina (un sulfóxido que se encuentra naturalmente en el ajo) para crear alicina una vez que el ajo se tritura o abre, explica el portal Mercola. A partir de ahí, la alicina se convierte en otros compuestos, como sulfuros de dialilo, ditiinas y ajoeno.
2. Protección al aparato digestivo
El ajo es un aliado de nuestro aparato digestivo, ya que le ayuda a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos, dice la Sagarpa en un blog.
“En recientes estudios el ajo parece tener resultados especialmente buenos en la prevención de los distintos tipos de cáncer que afectan al tracto gastrointestinal”, añade la publicación.
3. Abate infecciones de la piel
Una investigación de laboratorio publicada en 2006, destaca que el estudio de las propiedades del ajo permitió definir las potencialidades clínicas de este alimento.
Se conoció la existencia de la alicina, el ajoene y los tiosulfinatos en el ajo, y se comprobaron propiedades antitumorales, antiparasitarias y antifúngicas, dice la publicación de la Asociación Española de Micología.
Sin embargo, entre los elementos estudiados por los investigadores, el ajoene resaltó por sus propiedades; los investigadores concluyeron que es una molécula que tiene potencialidades para ser utilizada ante infecciones micóticas.
4. Ayuda en el embarazo
El ajo tiene la propiedad de ayudar ante las complicaciones en embarazos con preclamcia, según una investigación de la Universidad de Córdoba, España.
Los detalles del estudio refieren que el ajo eleva la producción de óxido nítrico, cuya presencia disminuye en embarazos complicados.
El ajo tiene la capacidad de hasta evitar partos prematuros, sostienen los investigadores.
5. Reduce la presión arterial
La hipertensión, como se llama al padecimiento de presión alta, es una de las principales causas de los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardiacos, advierte el portal Healthline.
Sin embargo, dice el sitio especializado en contenidos de salud y nutrición, “un estudio de 600-1500 mg de extracto de ajo envejecido fue tan efectivo como medicamento Atenolol para reducir la presión arterial durante unas 24 semanas”.
La publicación especifica que la cantidad de ajos que iguala la dosis necesaria del suplemento para los efectos deseados, es de unos cuatro dientes de ajo al día.
Como decíamos al inicio de este artículo, es necesario confiar en el ajo. Y si te preocupa cómo deja tu aliento comer este alimento, te recomendamos también confiar en la pasta de dientes y el enjuague bucal. Con información de El Universal.