De acuerdo con la organización, en las cárceles venezolanas se ha observado que la frecuencia en el consumo de alimentos se limita a una comida diaria con intervalos que han llegado a superar las 24 horas
Entre los rehenes se encuentran 158 guardias y 20 administradores en las ciudades sureñas de Machala, Loja, Cuenca y Azogues, las centrales Latacunga y Ambato y las norteñas Esmeraldas