Por primera vez en muchos años una cumbre entre Estados Unidos (EU) y la Unión Europea (UE) va más allá del discurso y las buenas intenciones.

En su primera parada en Bruselas como presidente, Joe Biden logró lo que ninguno de sus predecesores pudo desde la era de George W. Bush, encontrar una salida a la guerra arancelaria entre Boeing y Airbus.

El acuerdo alcanzado entre Bruselas y Washington consiste en suspender por un periodo de cinco años los aranceles mutuos que se venían aplicando por 11.5 mil millones de dólares.

Con la tregua, se pone alto a un choque que fue escalando desde 2004 en un contexto de acusaciones mutuas por subsidios a sus respectivos gigantes de la aviación, convirtiéndose en uno de los contenciosos más complejos en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

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“El acuerdo abre completamente un nuevo capítulo en nuestras relaciones, porque hemos sido capaces de pasar de los litigios a la cooperación tras casi 20 años de disputa”, destacó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

“Eso demuestra que la relación transatlántica se está moviendo hacia otro nivel. Ahora tenemos tiempo y espacio para encontrar una solución definitiva mientras ahorramos miles de millones en aranceles para nuestras empresas”, sostuvo el Vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.

La pugna entre Airbus y Boeing era la más larga en el seno de la Organización Mundial del Comercio.

Comenzó con la queja de Estados Unidos de que la UE estaba subvencionando ilegalmente al fabricante europeo; al año siguiente, 2005, el bloque europeo respondió denunciando el apoyo estadounidense a Boeing describiéndolo como ilegal.

Con información de El Universal