Un nuevo estudio revela que el hielo grueso del mar Wandel, uno los territorios de mayor preserva del Ártico, en el que osos polares y otras especies marítimas encuentran refugio, ha adelgazado a un ritmo sin precedentes en los últimos años y alcanzó una disminución récord durante el 2020. En la actualidad las consecuencias de la crisis ambiental comienzan a vislumbrarse, cada vez con mayor fuerza. Uno de los efectos más graves ha sido atribuido al cambio climático. El Océano Ártico ha sido una de las zonas más golpeadas por esta urgencia civilizatoria.
Este glaciar está conformado por una vasta área de hielo marítimo. Sin embargo, con el paso del tiempo las variables climáticas naturales y las actividades del ser humano han producido que el grosor de estas capas se reduzca. Ahora los investigadores, preocupados por su deterioro, tratan de demostrar que la resistencia de Wandel no es como se había pensado. En cambio, sugirieron que su solidez podría estar mermando.
La investigación, publicada en “Communications earth & environment”, señala que su interés por esta zona del Ártico comenzó en agosto de 2020. El Polarstern, un rompehielos alemán creado para estudiar las capas de hielo, siguió una ruta a través del mar de Wandel, al norte de Groenlandia. Esto con el objetivo de monitorear la calidad del hielo del área.
Desde hace tiempo, los expertos han determinado que este mar está marcado por hielo compacto y grueso, formado gracias a varios años de temperaturas frías, vientos y corrientes terrestres. Por su naturaleza, Wandel ha sido considerado como “la última área de hielo” (LIA, por sus siglas en inglés), pues muchos especialistas han pronosticado que sólo esta parte del territorio tendrá la capacidad de retener las capas congeladas por mayor número de años.
LIA además de ser considerada el área de conservación por excelencia, significa un refugio para los mamíferos marinos que habitan en el Ártico, como los osos polares, las focas anilladas y barbudas, la morsa, así como la gaviota marfil. Sin embargo, la resistencia de LIA disminuyó desde la primavera del 2018. Fecha en la que los investigadores se percataron de unos de los primeros signos de cambio.
A través de simulaciones y datos satelitales, los expertos descubrieron que la dirección opuesta de los fuertes vientos había producido que la polinia -el espacio abierto de agua que rodea al hielo marino-, aumentara, incluso en el hielo más grueso. Entre los factores que produjeron el adelgazamiento del hielo, los estudiosos expresaron que se debía a los efectos del viento desplazados al noreste, alejándose del mar Wandel.
Otra de las causas fue el clima de verano que impactó negativamente entre los meses de junio, julio y agosto del año pasado, especialmente entro los días 6 y 16 de éste último. Además los científicos se sorprendieron al percatarse que el espesor del hielo, desde 2011 y hasta el 2019, aumentó. De esta manera se cuestionaron acerca de cómo ese estado inicial de las capas evolucionó a niveles tan bajos en únicamente un año. En este contexto, los estudiosos señalaron que parece razonable esperar a que la reducción de hielo marino de Wandel, durante el verano de este año, aumente y se vuelva más variables con el paso del tiempo.
¿Cuál es el futuro de LIA? De acuerdo con los pronósticos de los estudiosos, una reposición temporal del hielo marino, de otras partes del Ártico, será de muy poca ayuda para proteger esta área, que eventualmente seguirá con las pérdidas de hielo grueso. Por último, los integrantes de la investigación consideraron que aún falta mucho por estudiar, ya que hasta la fecha aún se desconoce sobre el número de especies marítimas que lo habitan y su sistema de reproducción. Con información de El Universal.