George W. Bush era el presidente de los Estados Unidos para el momento del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, un mandato marcado por el ataque terrorista más fuerte en la historia del país, y en respuesta, el exmandatario le declaró la guerra a Afganistán.

El primer impactó de avión tomó al expresidente durante una visita a una escuela elemental en Florida, al momento del segundo, ya estaba en clase junto a los niños. Después de estos, llegaron dos aviones comerciales más, usados por Al Qaeda para materializar su atentado.

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Bush publicó sus memorias “Decision Points”, donde plasmó que pensó que, cuando el primer avión impactó contra la edificación, fue por responsabilidad del “peor piloto de mundo”, pero al enterarse del resto, reconoció que no se trataba de un accidente.

“Mi primera reacción fue de indignación. Alguien se había atrevido a atacar a América. Lo van a pagar”, al finalizar la clase y luego de recabar información sobre los hechos, hizo sus primeras declaraciones en las que habló sobre “un aparente ataque terrorista”.

“El primer avión podía haber sido un accidente. El segundo era definitivamente un ataque. El tercero era una declaración de guerra. Habíamos sufrido el ataque sorpresa más devastador desde Pearl Harbor”, expone el exmandatario en sus memorias.

Bush destacó que ese mismo verano pidió a la CIA analizar la posibilidad que Al Qaeda atentara en suelo norteamericano y reconoció que a principios de agosto, la agencia recalcó el deseo de Bin Laden de atacar a Estados Unidos.

“Estaba contemplando un ‘Pearl Habor’ moderno. Igual que Franklin Roosevelt tuvo que unir a la nación para defender la libertad, sería mi responsabilidad liderar a una nueva generación para proteger a América”, pensó el mandatario mientras sobrevolaba desde la base Andrews hasta la Casa Blanca.