Probablemente te preguntas qué son los pedos de monja y a quién se le ocurrió bautizar con ese nombre a un producto comestible, por ello te contamos un poco de su historia.

El origen de los pedos de monja tiene muchas versiones, una de las más famosas es su invención en el siglo XIX a manos de un chef pastelero de origen italiano que residía en Barcelona, cuyo nombre no figura en las historias que cuentan su hazaña.

Se dice que este repostero preparó una especie de galletas con forma de montículo, cuyo centro terminaba en punta. De ahí surgió la idea de llamarlas “petto di monca”, que en italiano significa “pecho de monja”.

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Sin embargo, para los catalanes resultó casi imposible pronunciar el nombre correctamente y les llamaban “pedos de monja”, apodo que se quedaría para siempre.

Otro de los productos asociados al nombre pedos de monja o pedos de nona, son una especie de buñuelos introducidos a la cocina ecuatoriana por los españoles.

Se trata de buñuelos de masa fritos muy populares, principalmente en la zona de Quito, cuya elaboración se ha transmitido de generación en generación a través de las mujeres que los preparan en el hogar.

Existen múltiples variaciones de las recetas, muchas plasmadas en las páginas de libros de cocina tradicional, donde cambian ingredientes, cantidades y métodos de elaboración, pues hay quienes los prefieren horneados.

A México también llegaron los pedos de monja, algunos autores aseguran que estos dulces forman parte de la cocina conventual que se desarrolló en el país y los describen como merengues o galletas. A pesar de esto, no hay datos que lo prueben y se considera más una teoría que ha pasado de boca en boca.

En Querétaro, hoy en día se elabora una interpretación de los pedos de monja. Desde 2009, en el municipio de Santiago de Querétaro, realizan este manjar al interior de la boutique artesanal de autor “El Palacio del Chocolate”.

Los creadores de esta versión de los pedos de monja, diseñaron una trufa con los mejores chocolates, cuentan con una variedad hecha a partir de chocolate de leche y otra con chocolate amargo.

Dentro de sus características, destaca su ligereza en el paladar, que es resultado de una receta secreta que se ha perfeccionado a lo largo de los años por los fundadores de El Palacio del Chocolate.

Puedes encontrar estas delicias en más de 30 puntos de venta a lo largo y ancho del país o directamente en su página de internet.

Disfruta de un bocado dulce con un nombre muy peculiar y recuerda, con este tipo de pedos, como lo dice el empaque, mejor adentro que afuera.

Con información de El Universal