Este verano en Texas quedará grabado en la memoria de todos, como un período lleno de récords climáticos que no se veían desde el año 2011.

Sin embargo, este preludio de extremos meteorológicos ha dejado a los residentes con expectativas e incluso temores sobre lo que podría depararles el próximo invierno.

El 11 de febrero de 2021 marcó un quiebre en la historia de los inviernos en Texas. Según los informes del Departamento de Servicios de Salud del Condado Dallas, al menos 246 personas perdieron la vida en uno de los temporales más severos de los últimos 40 años.

Cerca de 4 millones de hogares quedaron sin suministro eléctrico, y las nevadas, acompañadas de temperaturas de hasta -15 grados Fahrenheit, señalaron el inicio de un temporal histórico.

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En febrero de 2022, la situación parecía repetirse, pero las lecciones aprendidas en 2021 contribuyeron a mitigar los impactos. Sin embargo, febrero de 2023 trajo consigo calles del norte de Texas cubiertas de hielo, accidentes y vuelos cancelados, reinstaurando el caos ante el frío.

Los últimos tres últimos inviernos comparten un denominador común: todos fueron años del fenómeno meteorológico La Niña.

Para el periodo 2023 y 2024, el fenómeno El Niño toma el protagonismo en las estaciones texanas. Este fenómeno, que se presenta cada dos a siete años, se caracteriza por el calentamiento de los océanos, ejerciendo un fuerte impacto en el comportamiento climático y en cómo afectan las estaciones.

El próximo invierno se presenta como un desafío distinto, donde la interacción de factores climáticos y fenómenos meteorológicos únicos influirán en la experiencia invernal de los residentes de Texas.

La incertidumbre persiste, pero la comprensión de estos fenómenos ofrece una herramienta valiosa para la preparación y la mitigación de posibles impactos.

Con información de Univisión.