Estados Unidos
El Gobierno de Trump oficializa a Cárteles como terroristas
Los cárteles mexicanos afectados por esta designación incluyen al Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cárteles Unidos, entre otros

En febrero de 2025, la administración del presidente Donald Trump tomó la controvertida decisión de designar a seis cárteles mexicanos y dos pandillas latinoamericanas como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés). Esta medida ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones en la seguridad, la soberanía nacional y las relaciones internacionales.
Los cárteles mexicanos afectados por esta designación incluyen al Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cárteles Unidos, el Cártel del Noreste, el Cártel del Golfo y La Nueva Familia Michoacana. Además, se incluyeron las pandillas sudamericanas Tren de Aragua, originaria de Venezuela, y la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador. La administración Trump argumenta que estos grupos representan una amenaza significativa para la seguridad nacional de Estados Unidos, especialmente debido a su implicación en el tráfico de drogas, como el fentanilo, y en actividades violentas.
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La designación de estos grupos como organizaciones terroristas extranjeras otorga al gobierno de Estados Unidos herramientas adicionales para combatir sus actividades. Entre las medidas posibles se incluyen sanciones financieras más severas, restricciones de viaje y la posibilidad de emprender acciones militares directas contra estos grupos. Esta última opción ha suscitado preocupaciones sobre la posible intervención militar en territorio mexicano, lo que podría tensar aún más las relaciones bilaterales.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha manifestado su firme oposición a esta designación, calificándola como una violación a la soberanía nacional. Sheinbaum ha enfatizado que la relación entre México y Estados Unidos debe basarse en la colaboración y el respeto mutuo, y ha rechazado cualquier forma de injerencia extranjera en asuntos internos. En respuesta, el gobierno mexicano ha anunciado medidas como la ampliación de demandas contra la industria armamentista estadounidense y reformas constitucionales para endurecer las penas contra el tráfico de armas y limitar la intervención de agencias extranjeras en el país.
Dentro de Estados Unidos, la designación ha generado opiniones divididas. Algunos sectores apoyan la medida, argumentando que proporciona herramientas más efectivas para combatir el narcotráfico y la violencia asociada. Sin embargo, críticos advierten que equiparar a los cárteles con organizaciones terroristas tradicionales podría tener consecuencias no deseadas, como justificar intervenciones militares unilaterales y complicar los procesos de asilo para individuos que huyen de la violencia relacionada con el narcotráfico.
La designación también afecta a otros países de la región. En el caso de Venezuela, el Tren de Aragua ha sido señalado como una organización criminal con creciente influencia en América Latina. La inclusión de esta pandilla en la lista de organizaciones terroristas podría intensificar las sanciones y las acciones internacionales en su contra. De igual manera, la Mara Salvatrucha, con presencia en El Salvador y otros países centroamericanos, enfrenta una mayor presión por parte de las autoridades estadounidenses.
La decisión de Estados Unidos de designar a ciertos cárteles de narcotráfico y pandillas latinoamericanas como organizaciones terroristas extranjeras marca un hito en la política de seguridad y relaciones internacionales de la región. Si bien busca fortalecer las herramientas para combatir el narcotráfico y la violencia asociada, también plantea desafíos significativos en términos de soberanía, cooperación bilateral y posibles implicaciones legales y humanitarias. El desarrollo de esta política y sus efectos a corto y largo plazo serán objeto de seguimiento y análisis en los próximos meses.