La naturaleza es sabia y bondadosa, es por ello que a través de muchos de los productos comestibles de la tierra es posible obtener beneficios más allá de un buen sabor.

En vegetales, frutas y demás alimentos, se encuentran grandes aportes nutricionales. Además de nutrir y alimentar al cuerpo con sus propiedades, existen algunos que ayudan a mejorar la salud o a disminuir malestares.

Tal es el caso del melón amargo, también conocido como balsamina.

El melón amargo es un fruto que crece en una planta del mismo nombre, pertenece a la familia de las cucurbitáceas dentro de la que también se encuentran los pepinos, calabazas, sandías, entre otros.

Su nombre científico es Momordica charantia. Se trata de una planta anual trepadora que puede alcanzar hasta cinco metros de altura. Entre las grandes hojas que posee, se producen pequeñas flores de cinco pétalos color amarillo.

El fruto, conocido en diversas partes del mundo con nombres como cundeamor, achocha silvestre o granadilla, crece suspendido entre el follaje y es de aspecto alargado con un largo de hasta 12 centímetros.

El exterior del melón amargo es de color verde, con una cáscara irregular y con protuberancias. Conforme a la maduración del fruto, la capa exterior se torna de color amarillo y naranja.

En el interior alberga varias hileras de semillas recubiertas por una membrana que se vuelve de color rojo al madurar.

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Originaria de regiones tropicales y subtropicales de Asia, África y América del Sur, la balsamina se produce en México actualmente de manera exitosa. En 2016 se reportaron alrededor de 200 hectáreas sembradas en los estados de Sinaloa y Nayarit con un rendimiento de 7.1 millones de toneladas, misma que se reflejó como 64.8 millones de pesos.

El consumo del melón amargo se da principalmente de manera fresca, como parte de ensaladas, aunque también se elaboran jugos e infusiones con él. En algunas regiones, se come únicamente la membrana que recubre a la semilla.

Es un producto de sabor muy amargo debido a su contenido del compuesto químico “momordicin”; sin embargo, tiene importantes aportes a la salud.

Beneficios del melón amargo

Es un alimento muy bajo en calorías, pues en una porción de 100 gramos del fruto, únicamente hay 34 kilocalorías.

Contiene proteínas y fibra dietética, lo que lo convierte en un alimento que ayuda a regular la función intestinal.

Estudios publicados en el Brazilian Journal of Pharmaceutical Sciences asegura que distintas partes de la planta pueden ayudar a tratar la diabetes tipo 2 y sus síntomas, mientras que otro estudio del año 2015 concluyó que el melón amargo cuenta con compuestos (momordina, charantin y vicina) capaces de ayudar a controlar el azúcar en sangre y a disminuir los niveles de grasas en sangre.

Se le ha asociado con propiedades anticancerígenas, gracias a su alto contenido de antioxidantes. Con ello, se inhibe, retrasa y evita el crecimiento de células cancerígenas en el organismo.

Es importante recalcar que el consumo de melón amargo no sustituye un diagnóstico médico y es solo un coadyuvante para tratar dichos padecimientos.

Con información de El Universal