La combinación entre las variantes del coronavirus, delta y ómicron, denominada “deltacrón”, anunciada a principios del mes por un equipo de investigadores de Chipre, en realidad no existe. De acuerdo con especialistas de la comunidad científica, la desinformación sobre la presunta nueva variante fue propiciada por los medios de comunicación, según un artículo de “Nature”.
A principios del mes, los rumores de que una nueva variante del Covid-19, que combinaba a delta, la variante más peligrosa y a ómicron, la más contagiosa, extendía por el mundo y alarmó a la población, sin embargo, diversos especialistas desmintieron la información este lunes, en un comunicado,
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El pasado 7 de enero, Leondios Kostrikis, virólogo miembro de la Academia de Ciencias, Letras y Artes de Chipre (oriente medio), informó que su equipo de investigación había detectado diversas instrucciones genéticas (genomas) del SARS-CoV-2, que presentaban elementos de la variante delta y ómicron, al cual denominaron deltacrón.
El equipo de Leondios publicó 25 de las secuencias de la presunta nueva variante, en la Global Initiative on Sharing All Influenza Data (GISAID, por sus siglas en inglés), página que genera las bases de datos sobre el nuevo coronavirus y las variantes a nivel global.
Posteriormente, los investigadores subieron otras 72 secuencias, mismas que 72 horas más tarde fueron borradas del GISAID para realizar una investigación más profunda.
De acuerdo con “Nature”, el 8 de enero, deltacrón ya era noticia internacional debido a que “Bloomerg”, el portal de noticias financieras había difundido la información. Tanto Kostrikis como otros científicos, manifestaron en redes sociales y en la prensa, que las 52 secuencias no pertenecían a una nueva variante ni al intercambio genético entre ambos virus, sino que se trataba de la posible contaminación de delta y ómicron en el laboratorio.
“No existe tal cosa como #deltacron”, escribió en Twitter, el miembro del equipo técnico Covid-19 de la Organización Mundial de la Salud con sede en la Universidad Médica de Carolina del Sur en Charleston, el 9 de enero. “#omicron y #delta NO formaron una súper variante”, aseveró.
De acuerdo con la revista, el virólogo expresó que se malinterpretaron los aspectos de la hipótesis original, ya que los medios interpretaron que el nombre deltacron era la combinación entre los virus, pero el especialista asegura que nunca mencionó que las secuencias eran un híbrido entre delta y ómicron.
Kostrikis explicó a “Nature” que la hipótesis inicial era que sólo algunas partículas de delta, que desarrollaron mutaciones independientes en la proteína de espiga (S) –la llave que utiliza el virus para infectar las células humanas-, que sólo eran parecidas a las de ómicron.
Debido al revuelo que causó en los medios, los científicos especializados en secuenciación genética y el Covid-19, dijeron que podría ser un posible error de laboratorio.
“Apresurarse a sacar conclusiones sobre los datos que acaban de poner a disposición los laboratorios que se encuentran bajo una presión de tiempo significativa para generar datos de manera oportuna no es útil en ningún brote”, expresó la funcionaria de la oficina de Washington DC (EU) de la fundación GISAID, quien ha manejado más de 7 millones de genomas del coronavirus, en la plataforma. Además, añadió que los errores de secuenciación no deberían de sorprender.
La secuenciación de cualquier genoma depende de cebadores, que son fragmentos de ADN fabricados que sirven como punto de partida para identificar la estructura del genoma cuando se une a otra secuencia.
“Delta, sin embargo, tiene una mutación en el gen de la espiga que reduce la capacidad de algunos cebadores para unirse a él, lo que dificulta la secuenciación de esta región del genoma. Ómicron no comparte esta mutación, por lo que si se mezclan partículas de ómicron en la muestra debido a la contaminación, podría hacer que el gen de pico secuenciado parezca similar al de ómicron”, explicó Jeremy Kamil, virólogo de Louisiana State University Health Shreveport.
Con información de El Universal