El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su gobierno está analizando un mecanismo de control para evitar el aumento en el precio de alimentos si se prolonga o se mantiene alta la inflación durante su gobierno.
En términos generales el control de precios es un sistema por el cual el gobierno fija la tarifa a pagar por una mercancía, o puede establecer una cotización mínima y/o máxima. Así, las empresas del sector deben obedecer dichos parámetros.
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Este tipo de control no es muy común actualmente. Sin embargo, hay ciertos bienes y servicios que por estar relacionados al bienestar de la población sí son regulados, por ejemplo, las tarifas eléctricas y más recientemente el precio del gas LP y la gasolina regular.
Con esta política se busca evitar que el precio de un producto de importancia para la población se eleve fuertemente. Así, en estos casos el Estado tendrá que asumir el costo de la subvención.
Sin embargo, el control de precios en la práctica ha mostrado serias desventajas. Si los productores deben vender por debajo del precio de equilibrio, es decir, el precio que incluye el costo de producir una mercancía y obtener una ganancia, la cantidad ofrecida será menor a la demanda de los consumidores. Entonces, se generará escasez.
Lo anterior conlleva a la aparición de mercados negros, fuera de la legalidad, donde los ciudadanos pueden adquirir el producto escaso. Sin embargo, pagan una tarifa mayor a la oficial.
“Se podría pensar que imponiendo control de precios se acaba con la alta inflación, pero en realidad esto ocasiona problemas mucho más graves y la inflación termina subiendo. Es decir, el control de precios afecta a la economía y no resuelve (ni siquiera un poco) el alza en precios”, comentó la directora de análisis económico y financiero de grupo financiero Base, Gabriela Siller, en su cuenta de twitter.
“A un precio tope o máximo, la demanda será mayor que la oferta, lo que implica que no habrá suficientes productos para todos los que lo quieren. Esto, es escasez. De hecho, desde que se anuncia control de precios se dan compras de pánico, generando una mayor demanda, alza en precio y escasez de productos. Ante la escasez puede surgir un mercado negro, con un precio, no regulado, muy por encima del precio máximo impuesto”, agregó la especialista.
“En el pasado, los controles de precios han demostrado ser una de las peores políticas económicas que ha impuesto un gobierno. No hay cosa más dañina para los consumidores que enfrentar escasez de productos y la necesidad de recurrir a un mercado negro” afirmó la directiva.
Con información de El Universal