El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, minimizó este lunes la jornada de protestas del domingo de miles de personas en 100 ciudades contra su reforma electoral, el “Plan B”, que causa preocupación internacional por presuntos riesgos a la democracia.

El mandatario indicó que en el Zócalo de Ciudad de México hubo entre 80.000 y 100.000 personas, mientras que las marchas en otras urbes son “todavía muy pequeñas para lo que representa el potencial conservador en México”, donde él estima que el “bloque conservador” tiene 25 millones de simpatizantes.

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“Tienen que mover más gente todavía, tienen que ir incrementando su capacidad de movilización porque tienen potencial, que no dejen de participar, de movilizarse”, indicó el mandatario en su rueda de prensa diaria.

Además afirmó que a quienes lideran las manifestaciones “no les importa la democracia, sino lo que quieren es que continúe el predominio de una oligarquía, es decir, un gobierno de los ricos, de los potentados”.

“Lo de la manifestación de ayer y otras que vendrán se encuadran en este propósito de enfrentarnos porque no quieren la transformación del país, quieren seguir robando, quieren regresar por sus fueros, quieren mantener en la marginación y en el olvido a la mayoría de los mexicanos”, comentó.