Una adolescente de Nebraska fue condenada a 90 días de cárcel y 24 meses de libertad condicional tras interrumpir su embarazo e intentar quemar y enterrar los restos del feto.
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A inicios de 2023, Celeste Burgess, de 19 años, se había declarado culpable ante el Tribunal de Distrito del condado de Madison de “ocultar o abandonar un cadáver”, según documentos judiciales.
Jessica Burgess, madre de la joven, también se declaró culpable de proveer un aborto ilegal, hacer declaraciones falsas y manipular un esqueleto humano, después de que ayudó a su hija a poner fin a su embarazo, reportó The Associated Press.